Esperando un respiro

Sin discusión: el desayuno es algo más que la primera ingesta de la jornada. Como la publicidad estableció hace algunos años, un buen desayuno presagia un día feliz. Pero las circunstancias mandan y lo que habría de ser una comida como Dios manda se transforma en un frugal tentempié. Un café, una tostada y… a salir corriendo. Con algunas variantes locales, el contenido de la taza está más o menos claro y, en función de nuestra resistencia, la dosis se concreta en solo, cortado o con leche. Lo de la tostada es harina de otro costal. La rebanada de pan de molde bañada en margarina y asada en la plancha empieza a ser, por desgracia, bastante común. Los asiduos al peculiar aroma de la cafetería, sin embargo, prefieren el bollito, con sus mil y una denominaciones, dorado con primor, casi a fuego lento, en el tostador. Y, a medio camino entre una y otra posibilidad, aparece la socorrida baguette, el mollete, el pitufo o la falsa hogaza de los buffetes de hotel. Todo ello enriquecido por unas gotas de buen aceite, sólo o combinado con tomate, jamón, queso o mantequilla. La hostelería de algunas ciudades es especialmente generosa con el desayuno. Madrid lo fue, en Barcelona todavía quedan buenas muestras y, por citar algún ejemplo más, en Granada son las memorables las ofertas del Café Fútbol o Casa Ysla. En la capital granadina recalé el otro día en Óleum, un establecimiento de diseño y pretensiones modernas situado frente al Hotel San Antón. Pese a la abundante muestras de delicadezas gastronómicas de la que presume en una de sus zonas el local, la tostada de aceite con jamón llegó al plato fría. De los dos ingredientes añadidos al pan, uno era casi inexistente y el otro tan transparente e insípido que parecía invisible. Tanto gusto por la ornamentación no se correspondía, además, con la atención que se dispensaba a la clientela. Un único camarero se las veía y se las deseaba para servir, retirar, preparar en cocina y cobrar. Demasiado estrés a una hora en la que todos buscamos un poco de serenidad para iniciar la jornada.

Deja un comentario