Los desengaños son para el verano

Las vacaciones imponen también su propia rutina: en mi familia, por ejemplo, cada agosto hemos convertido en una cita ineludible el almuerzo en el restaurante As Garzas, en Malpica de Bergantiños. La elección del establecimiento fue fruto del azar. Ni teníamos referencia del establecimiento, ni nadie nos lo recomendó. Lo descubrimos durante una de esas caminatas con las que los turistas pretendemos compensar los excesos estivales. Desde entonces no hemos faltado ni un solo verano a la llamada del arroz caldoso y los vinos de la tierra. Pero a veces la fidelidad conduce al desencanto. En la última cita, el pulpo a feira, el micuit de foie o el pastel de centolla estuvieron a la altura del recuerdo que había alimentado nuestra gula durante el último año. La decepción vino con las almejas con fideos. En realidad se trataba de una masa amarillenta moteada de guisantes ultracongelados. Lo que llegó a la mesa resultó tan impresentable como el calor que padecimos toda la comida. Después de quejarnos sin éxito varias veces al servicio, tuvo que ser el propio chef, provisto de escalera y cuchillo, quien abriera las hojas de la trampilla para ahorrarnos el suplicio. Al souflé de chccolante se hizo esperar mucho más que lo que advierte la carta. Abandonamos As Garzas cabizbajos y desorientados. El año que viene habrá que buscar otro sitio. Diga lo que diga Michelin y sus estrellas, la memoria no es siempre buena consejera.

Restaurante As Garzas
Porto Barizo. 15113 Barizo – Malpica. A Coruña

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